Berducedo-Padraira

De Berducedo, pueblo con tradición hospitalaria que conserva vestigios de la misma, el camino sale al finalizar el caserío hacia la izquierda, ascendiendo suavemente hasta la iglesia de La Mesa, que enseguida se divisa a lo lejos.

A la derecha de la iglesia de La Mesa parte una pista asfaltada que sube hasta el pueblo de Buspol, donde se encuentra una casa, antiguo hospital de peregrinos, frente a una pequeña capilla.

Frente a la capilla, el camino baja, serpenteando a lo largo de un profundo desnivel, hasta las aguas del embalse, bajo las que se encuentra el antiguo puente y pueblo de Salime. El descenso es impresionante, teniendo como fondo las aguas embalsadas del río Navia.

Debido al embalsamiento de las aguas, desde el punto de llegada del camino al mismo hay que retroceder unos metros para tomar a la derecha el camino real que nos conduce a la presa del embalse, por donde se puede cruzar el río Navia.

Desde el muro del embalse, el camino sigue el trazado de la carretera, que atraviesa el antiguo poblado construido para los obreros que edificaron la obra hidráulica, hoy totalmente abandonado. A tres kilómetros, junto a un puente y a un pequeño depósito de agua, se toma un camino a la derecha que evita las últimas curvas de la carretera, volviendo a retomarla unos 500 metros antes de entrar en Grandas de Salime.

Nada más entrar en la villa de Grandas se encuentra la antigua casa-hospital de peregrinos. Desde allá y ascendiendo se llega a la iglesia de San Salvador, que rodea el camino por su parte posterior hasta volver a la carretera, para luego tomar un bello camino hasta La Farrapa, donde una vez más la carretera lleva hasta Cerexeira, desde donde parte a la derecha el camino que llega a Malneira.

El camino atraviesa el centro del caserío de Malneira y desde él pronto se divisa el pueblo de Castro, que atraviesa, en las proximidades del castro del Chao Samartín y del centro de interpretación del mismo. Junto a la capilla de castro, y entre las casas del pueblo, parte el camino que, faldeando el monte a media ladera, lleva hasta la capilla de San Lázaro, resto testimonial de una antigua malatería y al pueblo de Padraira.